3.8.08





Renacimiento italiano

Un poco de Historia…
Se conoce como Renacimiento a la nueva cultura del mundo urbano que respondía a las inquietudes de la nueva clase social burguesa. La característica más importante de este movimiento es la lucha contra lo viejo, lo caduco, y la búsqueda de nuevas fórmulas nítidas para la concepción del mundo. Cabe aclarar que esto no significó dejar de lado todos los valiosos tesoros que les había legado el mundo de la antigüedad. Los hombres estaban afanosos de aprovechar las formas ya existentes, encontradas también, en una época de fértiles impulsos y regida por grandes hombres del pensamiento y la acción como lo habían sido sus antecesores greco-romanos. Los hombres que se dedicaron al estudio de las letras antiguas como bases de un pensamiento nuevo, se denominaron humanistas. La idea era subrayar que el fin perseguido por la nueva cultura era el perfeccionamiento del hombre y que, esta orientación, se oponía a la pasada cultura medieval fundamentada en conceptos no humanos, sino divinos. En definitiva, el centro del interés dejó de ser Dios y pasó a ser el hombre. Debido a todos cambios que fueron sucediendo, tanto a nivel social, como cultural, es que el teatro comienza a tomar nuevamente el protagonismo que había tenido varios siglos atrás…

Teatro
A medida que transcurría el tiempo, la cultura renacentista italiana fue desarrollando diferentes formas de teatro y, podemos decir que fueron los creadores del arte dramático de renacimiento. Entre estas formas encontramos la tragedia, la comedia, la égloga; también creó el drama musical del cual surgió la ópera.
Hasta las últimas décadas del siglo XVI, el teatro occidental era sostenido por aficionados y esta situación no permitía un buen desarrollo ni llegar a ser un arma en manos de la cultura popular. La aparición de actores profesionales debió poner fin a tal situación.
En Italia encontramos actores profesionales desde el siglo XIII. Sabemos de la aparición de los trovadores provenzales en las cortes de los monarcas italianos. Durante este siglo, también empiezan a aparecer los cantastorie (narradores) que narraban historias en verso o prosa. Algo mas tarde aparecen los juglares (giullari) que cuentan novelle y entretienen con muchos otros recursos al concurso reunido en torno. No obstante, tales actores profesionales no podían crear el teatro, pues era figuras aisladas y en su arte faltaban las condiciones principales para el espectáculo teatral.
Es así como comienzan a surgir, de manera elemental, las compañías teatrales. Su aparición se dio en distintas ciudades a la vez, a fines del siglo XV. Venecia, era la ciudad italiana que marchaba a la cabeza en cuanto a la creación de toda clase de espectáculos. Fue allí, donde a comienzos del siglo XVI se constituyeron conjuntos de aficionados, formados por inteligentes representantes de la artesanía, que si bien estaban ocupados cada uno en su profesión habitual, solían reunirse para organizar diversos espectáculos que preparaban cuidadosamente y ofrecían por pago en casas ricas. De esta forma, poco a poco fueron surgiendo grupos semiprofesionales que se ocupaban más del arte que de sus oficios primeros. La fama de los espectáculos trascendió rápidamente los límites de la ciudad y las compañías de actores empezaron a recibir invitaciones de diversos lugares. No obstante, estas compañías, no se constituían aún en organizaciones profesionales. Tal situación perduró bastante tiempo, pero el arte dramático necesitaba una dedicación total por parte de sus integrantes, tanto, que en el surgimiento de la Comedia del Arte se requiere de la caracterización de los personajes a tal punto que los actores representaban a un solo personaje de por vida y este papel podía ser transmitido de padre a hijo o de maestro a discípulo. Viendo las exigencias y el compromiso que significaba a partir de ese entonces el teatro es que se forman las compañías estables y nace la profesión de actor.


Comedia del Arte
Si bien en el período renacentista encontramos un tipo de teatro culto que sigue las líneas de Terencio surge, a mediados del siglo XVI, otra forma de teatro que vive de la improvisación y que se convertirá en lo más destacado del teatro renacentista italiano: la Comedia del Arte. Esta recibe su impulso de los festejos carnavalescos y desfiles de máscaras tras los cuales, en algunas casas, tenían lugar una serie de representaciones a cargo de grupos de histriones que, bajo una pequeña indicación, improvisaban la acción cuyos detalles surgían al capricho del momento: juegos de palabras, malentendidos, pantomimas, acrobacias, etc., que eran muy bien recibidas por el público que se congregaba junto a las tarimas improvisadas en plazas y mercados, en un principio, y en la asistencia al teatro que se daba en las ferias anuales, más tarde. Si bien la improvisación ya se había empleado con anterioridad, en la Comedia del Arte, ésta es el fundamento del espectáculo.
Una de las causas principales que abrió paso a la improvisación fueron las condiciones políticas. La opresión y la censura hacían que en muchos casos no fuera posible llevar a escena una comedia escrita, pues no era nada difícil encontrar motivos para su prohibición. Un espectáculo improvisado, en cambio, no podía someterse a la censura previa al faltar el texto escrito. Eso ya era menos temido por los actores improvisadores. Éstos tenían ojo avizor, y cuando no advertían entre los espectadores presencias peligrosas, daban rienda suelta a su lengua. De esta manera, los actores conseguían llevar de contrabando la política a la escena. Este tipo de comedia se articula, casi siempre, en tres actos, con nueve, once o trece actores y de tendencia marcada a la farsa y con muchos toques bufonescos. La bufonada integraba la técnica escénica de la Comedia del Arte. Los elementos bufonescos se concentraban en dos fases del espectáculo: se los introducía al final del primero y segundo acto. Éstos eran los famosos lazzi. En general, los lazzi eran escenitas bufonescas de rápida y cómica acción, no sólo destinadas a provocar las risas del público, sino también a permitir a los demás actores ponerse de acuerdo sobre cómo proseguiría el desarrollo de la acción. Mediante la bufonería, la sátira y la burla, la Comedia del Arte lanzaba una fuerte crítica social, motivo por el cuál la mayoría de sus personajes llevaban máscara. Estas críticas iban dirigidas principalmente a los criados y a los amos, por eso es que encontramos mascaras en personajes como Arlequín, Polichinela, El Capitán, Pantalón, etc. En cambio podremos ver, que los enamorados no poseen máscaras ya que las críticas no iban dirigidas a éstos. Cuando hablamos de enamorados en la Comedia del Arte, cabe aclarar que el rol femenino en la pareja era interpretado por una mujer, al igual que los papeles de cortesana y criada. Fue característico de este teatro la existencia de un número de personajes tipo a los que cada actor representaba, llegando incluso a la especialización de por vida, como ya hemos dicho, de uno de ellos.
Con el transcurso del tiempo, más específicamente cerca del siglo XVII, la Comedia del Arte y sus tan particulares características, empiezan a manifestar síntomas de su aristocratización. Los motivos de este hecho son fáciles de comprender ya que en la patria del nuevo teatro (Italia) el proceso social, político y económico llevaba cada vez a una acentuación mayor de la reacción feudalista. Este hecho no podía dejar de influir en todos los terrenos de la cultura, el teatro inclusive. La improvisación comenzó a desvanecerse. Los actores ya no llevaban a escena inagotables ocurrencias sino que eran dueños de un librito en el que llevaban anotados los distintos monólogos y fragmentos de diálogo, que eran fáciles de aprender. Mientras tanto, en los demás países en que la Comedia del Arte ofrecía representaciones, la cultura aristocrática se encontraba en su apogeo. Las incesantes giras de las compañías, robaban a Italia sus mejores actores, tentados por los altos honorarios que en el exterior le ofrecían. Esta separación del suelo natal y la aproximación a fuertes culturas aristocráticas como la que nacía en Francia, la cual la influyó decididamente, fueron la causa del agotamiento y la ruina de la Comedia del Arte.
En cuanto a escenografía de las representaciones, tanto en sus primeras apariciones como en sus últimos años de existencia, la norma decorativa fue siempre la misma. Lo que se intentaba lograr era un ambiente común, como lo era la calle. Es importante destacar que, otra de las características del Renacimiento en general, que se hará eco en el teatro, es la conjunción de las diversas artes. Es así como, en los decorados, encontramos lienzos pintados (que incorporan la nueva técnica pictórica de la perspectiva).

Arquitectura:
Italia también abrió caminos en lo que refiere a la arquitectura escénica, a la construcción del recinto para los espectadores y al edificio teatral. En este período se construyeron diversas salas cubiertas y dotadas de mayores comodidades. La idea consistía en la creación de un teatro que diese cabida a la mayor cantidad posible de gente y explotar así económicamente el establecimiento. Así surge la idea de un teatro de varios pisos.
Podemos poner como ejemplo al teatro
Olímpico de Vicenza diseñado por Andrea Palladio y finalizado en 1585, que constituía una versión de los modelos romanos y presentaba, al fondo del escenario, una perspectiva tridimensional con vistas urbanas. El modelo clásico del teatro italiano, fue, no obstante, el teatro Farnese de Parma, erigido en 1618, cuya estructura incluía el escenario, enmarcado por un arco proscenio y separado del público por un telón, y una platea en forma de herradura rodeada por varios pisos de galerías y palcos los cuales, eran alquilados por todo el año por familias patricias y de la burguesía pudiente


Biografía de Carlo Goldoni (1707 – 1793)
Carlo Goldoni nació en Venecia el 25 de febrero de 1707 de una familia acomodada. Poco propenso a seguir los pasos de su padre médico, se dedicó a estudiar derecho y se licenció en Padua, pero en 1733 huyó a Milán para emprender la carrera de escritor teatral, pasión heredada de su abuelo. Dado el clamoroso fracaso del melodrama “Amalasunta” del que escribió el libreto, Goldoni comprendió que su futuro estaba en el teatro cómico. De vuelta a Venecia, el comediógrafo escribió su primera obra de éxito en 1738, el "Momolo cortesan", y en 1743 "La donna di garbo", primer texto para el que escribió todos los papeles (en el Momolo cortesan sólo estaba por escrito el papel del protagonista masculino). Empezó así la revolución goldoniana del teatro que marcó el fin de años de la interpretación "improvisada", a la que también el autor había dado su aportación con muchas tramas como "El criado de dos amos ( servitore di due padroni)", que sólo posteriormente se convirtió en una auténtica comedia. La reforma de Goldoni se debió al encuentro con Girolamo Medebach, importante empresario del teatro Sant'Angelo de Venecia: tras abandonar definitivamente su carrera de abogado, el comediógrafo escribió para la compañía veneciana una de sus primeras grandes obras, "La vedova scaltra" (1748). A pesar de las críticas de sus adversarios y las quejas de los actores, Goldoni defendió su revolución, basada en la recuperación de la dignidad literaria del texto y en el paso de la comedia de "enredo" a la de "carácter", centrada en la profundización psicológica de los personajes y la observación de la vida real, con la consiguiente eliminación de las máscaras. En 1750 el autor lanzó una provocación con sus dieciséis "comedias nuevas" que escribió en un año. Nacieron así sus obras más logradas: "El teatro cómico", manifiesto programático, en el que el autor se representó a sí mismo discutiendo con los actores reacios ante su forma de actuar y enunció su principio.
Convocado en París como director artístico de la "Comédie italienne", Goldoni tuvo sus más y sus
menos con los cómicos del arte, aún más decididos que en Italia a defender su teatro de la improvisación, y con la frialdad del público francés, que aclamaba al Molière de la "Comédie française" y que en los espectáculos italianos sólo apreciaba las chanzas. A pesar de su deseo de volver a Italia, el comediógrafo fue retenido por Luigi XV que, en 1765, le llamó a la Corte como maestro de italiano de sus hijas. Goldoni permaneció veinte años en Versailles donde organizó espectáculos en el palacio real y en los teatros de París y, recobrado su impulso creativo, en 1771, escribió en francés su última obra "Le bourru bienfaisant". Tras obtener la revancha en el escenario, a partir de 1784, el autor se dedicó a escribir sus "Memorias (Mémoires)", que se publicaron en 1787. Mientras en Venecia los editores imprimían sus obras, Goldoni, viejo y enfermo, vivía con una pensión real que se le revocó al estallar la Revolución Francesa y pasó el último año de vida en la miseria hasta su muerte.



Marisa Salton
Amancay Kazgudenian
2008

1 comentario:

Anónimo dijo...

hola gracias por la infromacion publicada es muy valiosa
pero quisiera saber si me podrias ayudar con mas nombres de dramaturgos de la camedia del arte