31.8.08

Comienzos del S XX



En la Europa occidental es la época de las grandes celebraciones cívicas, de la preocupación por un teatro de masas en que la relación entre la acción escénica y los espectadores que la contemplan, sea lo más directa posible. M. Reinhardt, ya en 1910, convierte la arena del circo Schumam en gigantesco escenario para su versión del "Edipo Rey", de Sófocles, situando a sus espectadores alrededor de este gran escenario circular. Algo similar hará Firmin Gemier (primer director del teatro Nacional Popular) en 1920, utilizando el "Cirque d'hiver", de París, para su puesta en escena del "Edipo", de Antoine Bouhelier. Gemier no utiliza la arena central, sino que pasa a ocupar un sector circular de 1a superficie total del circo y aIlí construye su decorado: la gran escalera que llenará todo el espacio escénico. La importancia de Reinhardt en este sentido fue enorme, pues no sólo hizo realidad una buena parte de los principios de renovación escénica existentes tan sólo a nivel abstracto, sino que sirvió de puente hacia el futuro preparando el camino a otros más jóvenes que darían un nuevo impulso a las tareas de investigación dramatúrgica. Con él y de él aprendieron Piscator y Brecht las lecciones que les permitirían adentrarse con paso firme por los caminos de la creación escénica, aunque después lo repudiaran, superado ya. El 18 de noviembre de 1933, con ocasión de 33 un homenaje organizado en el teatro Pigalle de París, en su honor, Copeau pudo resumir de este modo el trabajo del realizador alemán: Ha explorado usted todas las formas de nuestro arte. Más de un autor dramático francés puede atestiguar que en cada una de ellas usted sobresale y que su talento sabe someterse a todos los estilos lo mismo que abrirse a todas las curiosidades. Su técnica es insuperable. Su imaginación está adornada de todas las riquezas que le han aportado largas exploraciones tanto en las latitudes más distantes como en las épocas históricas más diversas (../.). Ha realizado usted a su manera y hecho vivir según las aspiraciones de su temperamento, lo que habían discernido los grandes iniciadores con que se honra e1 teatro contemporáneo: un Adolfo Appia o un Gordon Craig. Ha dado usted más espacio y más aire a la vida dramática, una luz más generosa y colores más brillantes, proporciones más heroicas, un movimiento más popular. Y creo que ha contribuido usted a devolver a nuestro arte el valor social y universal, falto del cual degenera" (19). Futuristas y constructivitas se lanzan siguiendo el camino que han abierto sus predecesores, amparándose en las búsquedas forma1es que protagonizan.


Grosses Schauspielhaus (Great Theater) abierto en 1919
en Berlin por Reinhardt.




Enrico Prampolini en lta1ia, Frederick Keisler en Austria, Szymon Syrkus en Polonia, Autant-Lara y Antonin Artaud en Francia, Norman Bel Gueddes en los Estados Unidos, plantean posibilidades nuevas al arte del teatro: desaparición del marco de escena, fin de la -caja de ilusiones" en que se ha convertido el escenario, abolición de los espacios límites para actores y público: fusión de ambos, rechazo de la escenografía pictórica y adopción del procedimiento arquitectónico. Para unos - los futuristas - Las nuevas formas se apoyarán en su actual concepto del color, la luz y los volúmenes; para otros - los constructivitas - en la construcción, la gran máquina escénica de utilidad múltiple. Todos tienden a la radical transformación del espacio escénico en que debe realizarse el juego del actor, a una nueva comunicación e influencia del actor sobre el público y a una activa y prometedora renovación escenográfica que acaba con el decorado pintado decimonónico e introduce la materia y el color en tanto que tales. Es evidente que las diferencias entre ellos son notables, pero es también verdad que en su origen, en el rechazo global de las formas caducas y retrógradas del arte mantenido y producido por la burguesía en tanto que clase dominante, todos parten de presupuestos parecidos. Época de crisis ideológica, de confusión, de desesperanza: los jóvenes arquitectos, hombres de teatro, pintores y escritores de esta época turbulenta, buscan fundamentalmente destruir la cultura perteneciente a los responsables de la matanza de la Gran Guerra y adquirir su propia libertad creadora.



Extracto de un articulo publicado en Dramateatro Revista Digital
http://www.dramateatro.arts.ve/
muy recomendable, excelentes trabajos.