4.8.08

Anton Chejov




Antón Chéjov

Nace el 17 de enero de 1860 en taganrog. Hijo de Pável Egórovich, comerciante y de Eugenia Yakovlevna.
Termina los estudios primarios del Gimnasium en Taganrog. A los 16 años de Chejos y su familia se muda a Moscú donde ingresa a la Universidad de Moscú, en la carrera de medicina. En esta misma época comienza a colaborar con una revista humorística (lo que ganaba se convierte en el sustento de su familia)
En 1880 del siglo XIX Rusia estaba sometida al yugo de La Reacción; a pesar de este triunfo, el pensamiento social Ruso, la ciencia, el arte, se desarrollaban y crecían. En la vida política todo parecía sombrío y sin esperanzas, en particular para la joven generación de intelectuales no nobles que penetraban en la vida, como Chéjov.
En 1883 aparece el primer grupa marxista en Rusia, “La liberación del trabajo” Plejánov, publicista y científico marxista, publica ensayos filosóficos. En estos años escriben magníficas obras los destacados sabios rusos Mendeleiev y Timiriásev; en la pintura rusa se destacan los cuadros de Súrikov, Repin; Chaikovski y Rimski-Kórsakov creaban sus obras inmortales; el genio de León Tolstoy se encontraba en pleno esplendor…, todo esto constituía le esencia de la época que educo a Chéjov.

El primer período de la obra de Chéjov, corresponde, por su orientación, a tres generos: “Humor”, rutilante, grato y bonachón en los relatos humorísticos. Al mismo tiempo se define la “Sátira” de Chéjov y a partir de mediados de la década del 80, aparecen los relatos en los que claramente el escritor trata de mostrar cuadros lo más completos posibles de la realidad
En sus relatos Chéjov se presenta como representante artístico de las “pequeñas gentes” Máximo Gorka decía: “En cada relato humorístico de Antón Pávlovich, percibo el callado y hondo suspiro de un corazón puro, verdaderamente humano…, nadie comprendió con tanta claridad y precisión como Antón Chéjov la tragedia de las nimiedades de la vida, nadie antes que el supo pintar con veracidad tan implacable frente a los hombres, el cuadro vergonzoso y aburrido de sus vidas en el pálido caos de la cotidiana vida pequeñoburguesa”
La sátira de Chéjov en la década del 80 es coronada por “El suboficial Prishibeev” y “El camaleón” Los Prishibeev se convirtieron en el símbolo de la ingerencia absurda en los asuntos ajenos, del afán por salir al paso y aplastar todo lo vivo. Para su tiempo, la imagen de Prishibeev era el símbolo de todas las freuzas reaccionarias de la época, en su afán de “congelar”, de detener la propia vida del país.
En 1884 Chéjov comenzo a ejercer la medicina en Zvenigorod, ciudad cercana a Moscú. Aquí se desarrolla su amor por la naturaleza de la zona media rusa, que lo convirtió en el maestro del paisaje Ruso.
Se abre ante el un nuevo mundo: la vida de los campesinos, los médicos rurales, de los maestros, de los terratenientes, de los oficiales. Dirige durante cierto tiempo el pequeño hospital. El medico rural estaba estrechamente vinculado a la vida de los campesinos. Ante Chéjov se abren los dramas y las tragedias de la vida rural rusa de la época y escribe “La pena”, “Cirugía”, “El fugitivo”
En Pvenégorod, Chéjov frecuentaba los juicios del distrito en calidad de experto, asistía a las autopsias, de donde seguramente el autor toma ideas para escribir “El cuerpo muerto”, “En la autopsia”
Con cada año que pasaba, Chéjov tendía a participar más en la activa vida política, en la lucha social. El deseo de ser útil a su pueblo y a la patria, le indujeron ir a Sajalín, en 1890, lugar de prisión y destierro, donde el gobierno Zarista, concentraba todos los aspectos de la humillación y el sufrimiento humano. Este viaje reafirma en la conciencia de Chéjov, hasta que punto era insoportable y carcelaria la vida Rusa de entonces. Este viaje a Sajalín, se condenso artisticamente en un libro que dio un fuerte golpe al régimen de violencia y tiranía “Sala número 6”. La importancia social de esta obra en la movilización de las fuerzas de protesta y el odio a la autocracia, era enorme. Esta obra fue uno de los síntomas de una consciencia social naciente de las décadas de 80 y del 90.
A comienzos de 1892, adquiere la pequeña posesión de Mélijov, el los alrededores de Moscú.
Realiza una gran labor social. Apadrina un colegio rural, construye escuelas (con sus propios recursos) organiza y participa en la lucha contra el cólera. Se interesa en la construcción de nuevos caminos, por la fundación de hospitales.
Gorki muestra en un artículo “El secreto de los secretos” del arte de Chéjov, que el escritor descubría la contradicción entre “El deseo del hombre de ser y el deseo de vivir mejor” Estos afanes humanos son incompatibles con la sociedad basada en la explotación. En ella solo vive mejor quien es peor, quien es más antihumano.
A mediados de la década del 90, Chéjov logra enormes triunfos artísticos en la dramaturgia.
En 1895 comienza a escribir “La gaviota” en 1896 la obra es puesta en escena por el Teatro Alejandro de San Petersburgo, pero es un fracaso ya que por entonces el teatro no había madurado para la dramaturgia innovadora de Chéjov. En el intervalo entra la terminación de “La gaviota” y su representación, Chéjov escribe también “El tío Vania”
En 1898 escribe “El Grosellero” donde el personaje del relato Iván Ivanich, condena sus pasadas convicciones, “La libertad es un bien, sin ella no se puede vivir, como sin aire, pero hay que esperar (decía el personaje) Pero ¿En nombre de que hay que esperar? se cuestiona Iván ¿Hay orden y lógica en que yo…, ser vivo y pensante, me halle ante una zanja y espere a que se llene o se colme de lodo, mientras que podría saltar sobre ella?
Así penetraba en la conciencia de Chéjov la idea de la necesidad de un cambio no evolutivo, sino decisivo y radical de toda la vida; este es el sentido de las palabras que nos inducen a no esperar a que “se haga” todo por si mismo, a no esperar un mejoramiento gradual. Esta idea surgió en chéjov con mayor frecuencia a medida que se aproximaba la primera revolución Rusa, según crecía el movimiento revolucionario de la clase obrera
.



Los primeros que comprendieron la nueva dramaturgia de Chéjov y la plasmaron en la escena fueron K. Stanislavsky y Dánchenko, fundadores del Teatro del Arte de Moscú “accesible para todos” en 1898, la denominación de accesible para todos recalcaba los afanes democráticos del nuevo teatro. Estos afanes artísticos revelaban a fin de cuentas, el mismo democratismo.
La fina atención hacia “El pequeño hombre” corriente, hacia la importancia interior de lo cotidiano. El acercamiento de Chéjov y el nuevo teatro se inicio con la desición de reestrenar “La gaviota”, con la cual el autor y el teatro lograron un brillante éxito.
En septiembre de 1898, en un ensayo el autor de esta obra conoce a Olga Knípper, actriz de Teatro de Arte, quien sería su esposa.
Cierta vez Stanislavsky exclamo: “Esto es imposible de representar” Pero después penso y dijo “Hay que ser así” En los dramas de Chéjov todos sus actores tienen que ser y no representar, tienen que vivir continua e intensamente la vida de los personajes y llenar con ella el escenario. Entonces su actuación cobrara esa continua tención y fluidez de la vida real. En una palabra, los actores tienen que actuar “Sencillamente”

La aguda y penetrante mirada del escritor captaba los pequeños detalles psicológicos que sirven para caracterizar a un hombre, más que ninguna otra cosa. Tomaba a sus personajes directamente de la vida, se daba cuenta de que la escena ofrece infinitas posibilidades para reflejar en una forma artística “La verdad de la vida” Fue “La verdad” lo que Chéjov quiso trasladar al escenario y fue “La verdad” lo que exigio a los interpretes de su teatro.
Afirmaba: “La verdad es siempre más fuerte que su más fuerte imagen” pero añadía “La verdad subrayada se transforma irremediablemente en mentira”
En sus obras Chéjov trata de pintar a la vida y la gente tal como es en la realidad, la gente no se mata, ni se ahorca, ni hace declaraciones de amor a cada paso, ni dice cosas inteligentes todo el tiempo, lo que hace la gente es comer, beber, coquetearse, decir tonterías…, y es esto lo que ha de mostrarse en el escenario.
“Es preciso hacer una obra donde la gente entre y salga, coma, hable del tiempo; que en la escena todo sea complicado y al mismo tiempo sencillo como en la vida.
La gente come, no hace otra cosa que comer, pero mientras tanto se van forjando sus destinos dichosos… y se van destruyendo sus vidas” Lo que hace Chéjov para alcanzar su fin es suprimir por completo toda acción, todos los acontecimientos exteriores, esa cadena habitual de los sucesos dramáticos espectaculares y trasladar ese drama…, al mundo interno del ser humano. Prefiere mostrar los estados de ánimo…, lo estático de las emociones…, sus lentas fluencias; focaliza en como se concentran y evolucionan las emociones humanas, como cambian y finalmente se marchitan…, y como en el transcurso de esa vida cotidiana, fluida y cambiante…, el hombre goza, sufre, se transforma y muere.
“Todo sentido y todo el drama del hombre se encuentra en su interior y no en sus manifestaciones exteriores” (Antón Chéjov)

El finísimo texto de Chéjov no es tarea facil de descifrar; pero dar vida a sus personajes, es aún más difícil. Hay que saber escuchar no tanto el sentido elemental de sus palabras, que a menudo no contienen nada importante ni brillante, sino el sentido que subyace en ellas y se revela en “El Tono” con que estan dichas, en “Las Pausas”, en la forma distraída en que son pronunciadas y en el hecho de que palabras tan banales sean pronunciadas en los momentos de mayor importancia. Todo esto revela la personalidad y las reacciones de los personajes, su interioridad y sus conflictos.
Casi todas las frases de las obras de Chéjov estan seguidas de puntos suspensivos que suceden a las expreciónes y palabras más comunes y aparentemente insignificante. Sin embargo, estos puntos suspensivos no son otra cosa que la llave para penetrar en el lenguaje cifrado de Chéjov. Significan que la frase o la palabra que los precede no ha expresado con precisión los pensamientos y las emociones de los personajes. En estos puntos, el personaje continúa sintiendo y pensando.
El actor tiene que llenar el espacio de los puntos con pensamientos y emociones vivas, interpretarlos para si mismo como si estuviese declamando el texto.
“El silencio tiene que sonar más fuerte que las palabras mismas”

Hacia 1901 el nombre de Chéjov se vincula más en la conciencia de toda la Rusia avanzada, con el cresiente auge social de todo el país. En este mismo año escribe “Las tres hermanas” obra en la que se expresa el sentimiento de la proximidad de un cambio radical de toda la vida, “La espera de la revolución”, sentimiento que se adueña de Chéjov a fines de la década del 90 y principios del 900.



“Han llegado los tiempos en que se cierne sobre nosotros algo inmenso, se engendra una fuerte y sana tempestad, la tenemos ya encima y arramblara con la pereza, la indiferencia, la prevención contra el trabajo, el aburrimiento putrefacto de nuestra sociedad… Dentro de veinte o treinta años trabajarán todos lo hombres… ¡Todos los hombres!!!

Este pensamiento resono con nuevas fuerzas en “El jardín de los cerezos” última obra que escribe Antón Chéjov. La imagen del jardín de los cerezos, desempeñan en la obra un papel enorme y multilateral.
En primer lugar, representa la poesía de la vieja vida, de los “Nidos Nobiliarios”, cuyo agotamiento y fin percibía Chéjov y la heredera legítima de la poesía caduca de los “Nidos Nobiliarios”
“El jardín de los cerezos” es una canción al pasado, al presente y al futuro de la patria. El futuro surge ante nosotros en la imagen de un jardín inauditamente hermoso.
Este es el contenido poético de la sabia obra, la más brillante y optimista de Chéjov.
¡Adios a la vieja vida!!! Dice en el final de “El jardín de los cerezos” la sonora y juvenil voz de Ania, la voz de la joven Rusia, la voz de Chéjov.
Chéjov deseaba poder llegar a vivir, participar el mismo en el trabajo creador de la patria, vivió y trabajo para su tiempo y para el futuro…, para nosotros.

“El capítulo sobre Chéjov aún no ha terminado (Escribía en su tiempo Stanislavsky) Aún no ha sido leído cual merece; se ha cerrado el libro antes de penetrar en su esencia. Que sea abierto nuevamente y leido hasta el fin”

Antón Pávlovich Chéjov falleció el 2 de julio de 1904.


Gustavo Ramirez

Sonia Boll

2008